Mario Abner Colina
Agencia Reforma

«Un Ferrari tiene que ser rojo. Sí, los hacen en otros colores, pero sólo cuando se les acaba la pintura roja», dice con humor Myles Kitchen.
Consultor de tecnología automovilística, afable y bromista, Kitchen es nuestro conductor en un evento histórico: la reapertura de la mítica Carretera Uno, un espectacular camino por la costa californiana, que permite apreciar la naturaleza salvaje de la región.
Vamos, con el viento en la cara, a bordo de su Ferrari F355 GTS, convertible, modelo 95.
Al frente y detrás de nosotros, una caravana de 92 vehículos que hacen que los curiosos por la ruta saluden, aplaudan o decidan grabarnos.
Hay, al menos, un carro por cada año de vida de la Carretera. Desde un Coupe 840A de 1934 hasta un auto eléctrico Karma Revero 2018, pasando por distintos modelos de Porsche, Jaguar, Corvette y Tesla. Coleccionistas de autos de toda la región fueron convocados a participar y, como Myles, ni siquiera lo dudaron.
Tras fuertes lluvias, un deslave de tierra y rocas sepultó, en mayo de 2017, el fragmento más icónico de la Carretera Uno, cercano a la montañosa región de Big Sur y famosa por haber inspirado a escritores como Henry Miller y Jack Kerouac.
Nuestro plan no es recorrer toda la Carretera Uno, mil 55 kilómetros que conectan a San Francisco con San Diego.
Nos enfocamos, en cambio, en ir desde Monterey hacia el sur, al pueblo pesquero de Morro Bay, llamado el «Gibraltar de Pacífico» por el colosal peñón del lugar.
En total son 212 kilómetros, tramo en que la carretera se estrecha a un carril de ida y otro de vuelta. El límite de velocidad es 88 kilómetros por hora, ideal para que el paisaje no pase a segundo término.
No volamos, pero pareciera: durante un tiempo, la neblina marina es tan espesa que da la impresión de estar viajando entre nubes.
Más adelante, serpenteamos por el camino y atravesamos el Bixby Creek, que se eleva por 70 metros sobre un cañón. Digno de postal, con el océano al fondo, el puente ha fascinado a fotógrafos desde su apertura en 1932.
El Ferrari se mueve con suavidad al lado de acantilados, a cuyo encuentro viene el mar y por bosques, llenos de robles, secuoyas y cipreses, que parecen haber salido de un cuento. El aire huele a sal y a hierba.
Lo recomendado con la Carretera Uno, especialmente en el segmento que tomamos, es recorrerla durante varios días y demorarse explorando su belleza y parques estatales, como Point Lobos y Pfeiffer Big Sur.
Pero, en nuestro caso, la meta en Morro Bay aguarda a la caravana. Así que tenemos que imaginarnos a los leones marinos que retozan en la playa, y, quizá, hasta ballenas grises saltando a lo lejos.
Aún así, con algo de prisa, manejar por la Carretera Uno, nombrada Camino Escénico Nacional por el Departamento de Transporte de EU, sigue siendo una experiencia para atesorar.
«Es un maravilloso viaje», dice Myles. «Yo me sigo asombrando», agrega, y disminuye la velocidad un poco para disfrutar del alrededor.

Otras rutas californianas

Amor a la naturaleza
Desde el Sequoia National Park, en Sierra Nevada, hasta el Founders Grove, dentro del Humboldt Redwood State Park: Secuoyas gigantes y paisajes asombrosos, con paradas en lugares como las cataratas Yosemite, el Monte Shasta o Lake Tahoe.

De los pueblos fantasma
Desde Redding a Calico. Tras el fin de la fiebre del oro, California se llenó de pueblos mineros fantasma en sus rincones más remotos. En el camino se puede visitar Ballarat, en el borde del Valle de la Muerte, o Bennettville, construido a 3 mil metros de altura.

El del Lado B del vino
Desde los Viñedos Hungry Hawk, en Escondido, hasta los Viñedos Scott Harvey, en Sutter Creek. Este recorrido no lleva a los viticultores más reconocidos, pero sí encantan sus Zinfandel, Syrah, Roussanne o Viognier.

Cómo llegar:
Desde la CDMX: Por temporada, Aeroméxico vuela directo a San José, California. Desde allí es un viaje en auto de 90 minutos hacia Monterey.
Desde Guadalajara: Volaris vuela directo a San José, California. Desde allí es un viaje en auto de 90 minutos hacia Monterey.
Desde Monterrey, American Airlines y United vuelan a San José, California, con escala en Dallas y Houston, respectivamente.

Dónde dormir:
Cerca de Monterey: Bernardus Lodge & Spa, en Carmel, es el hotel más prestigioso de la zona. Es usual refugio de celebridades como Leonardo Di Caprio y los Reyes de Jordania. Desde 450 dólares por noche en ocupación doble.
En Morro Bay: The Landing, con vista a la bahía de este pequeño pueblo de pescadores. Por la noche no arrullan las sirenas, sino el canto de focas y leones marinos en la playa. Desde 180 dólares por noche en ocupación doble.

Con quién contratar:
Monterey Touring Vehicles tienen una flotilla de 34 autos clásicos, entre Mercedes, Jaguar, Thunderbird, Delorean, Rolls Royce y Shelby. Los alquileres van desde 200 dólares (por cuatro horas) hasta los mil 200 (por todo el día).

Más información
aeromexico.com/es-mx
www.bernarduslodge.com
www.thelandingmb.com
www.montereytouringvehicles.com

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