Fernanda Ramón
Agencia Reforma

Cuando tenemos frío, miedo o experimentamos una gran emoción, sentimos que el vello se nos eriza y la piel adquiere un aspecto granulado, es decir, se nos pone la piel de gallina.
Desde que nacemos a todos nos pasa en mayor o menor medida, principalmente en brazos y piernas, pero ¿te has preguntado por qué?
«Ocurre como respuesta a emociones, cuando hay mucho miedo o excitación y es el equivalente en los humanos a la contracción que hay en los animales cuando se enojan o se excitan, como los gatos que se les eriza el pelo de la columna o los gallos que se expanden sus plumas», explica el neurólogo Alejandro Marfil.
La piel de gallina o la piel chinita, como también se le conoce, es el término para describir un reflejo involuntario llamado piloerección, el cual contrae los músculos erectores de los folículos pilosos en la piel, encargados del crecimiento del cabello.
«Es parte de una serie de reflejos que ocurren como parte del funcionamiento de nuestro sistema nervioso autónomo», dice el neurólogo.
«Se le llama autónomo porque supuestamente no está bajo control de la voluntad y regula el funcionamiento de las vísceras, vasos sanguíneos y de los músculos de cada vello, igual que los reflejos de la sudoración o de la pupila, por ejemplo».
Este conjunto de reflejos involuntarios son mecanismos protectores que regulan nuestra presión arterial, salivación, sudor, dilatación de pupila y la excitación sexual, por ejemplo, y sin ellos no podríamos vivir, afirma el especialista.
Sin embargo, en la actualidad la piloerección no parece tener un método de defensa efectivo como en los animales, ni tampoco protector contra el frío, ya que no tenemos suficiente pelo para cumplir esa función.
En realidad, este reflejo no tiene ninguna utilidad fisiológica, indica el especialista, y sólo sirve para «chismear» de nuestras emociones repentinas o cambios de temperatura, a uno mismo y a los demás.
«Es un reflejo primitivo, no es necesario para vivir, pero nos da una idea de cómo fueron evolucionando esos reflejos y es digamos, un reflejo residual», dice.

 

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