María Fernanda Torres
Agencia Reforma

¿Tienes otra vez ataques de estornudos, congestión nasal y comezón en ojos, nariz y garganta?
Probablemente pertenezcas al 20 por ciento de la población que sufre de rinitis alérgica estacional o perenne, en el País.
Esta enfermedad es muy común. Se calcula que alrededor de 20 millones de mexicanos presenta síntomas de rinitis alérgica como estornudos frecuentes, ojos llorosos, enrojecidos o hinchados, problemas con el olfato, dolor de garganta, tos irritativa con cambios de voz, entre otros.
«Los síntomas pueden aparecer entre los 2 y 3 años de edad, teniendo un pico de incidencia entre los 5 y 7 años de edad; en algunas ocasiones mejoran durante la adolescencia, pero pueden continuar durante toda la vida», señala el otorrinolaringólogo Lino Antonio Guevara Maldonado.
«Los niños son más afectados puesto que sus vías respiratorias son más pequeñas y su sistema de defensa es más inmaduro».
Este tipo de padecimiento, también conocido como alergia nasal o fiebre de heno, suele tener un patrón familiar, por lo que papás alérgicos pueden heredarlo a sus hijos.
«Cuando el cuerpo reacciona de manera excesiva a sustancias que a la mayoría de las personas no le provocan problemas, se tiene una alergia», explica el también cirujano de cabeza y cuello.
«Estas sustancias se conocen como alérgenos y pueden ser elementos comunes como polvo, caspa, polen o alimentos».
Cuando los alérgenos afectan la nariz y las vías respiratorias, el cuerpo reacciona de manera excesiva con una rinitis alérgica, la cual se considera estacional cuando los síntomas se presentan en temporadas, especialmente primavera y otoño, en las cuales los árboles, malezas y el pasto liberan pequeños granos de polen al ambiente, lo que constituye una fuente importante de alérgenos.
«Generalmente el cuadro se agudiza durante la floración de primavera (marzo y abril) y la instalación del otoño (septiembre y octubre) cuando la gente se encuentra en lugares abiertos, en días soleados, secos y con viento», indica Guevara Maldonado.
También está la rinitis alérgica perenne, la cual se manifiesta durante todo el año con el mismo mecanismo de reacción excesiva provocada por los alérgenos.
«Es común que la gente confunda los síntomas con los de un resfriado, un proceso gripal o una sinusitis y no se atienda adecuadamente», comparte el otorrinolaringólogo.
Aunque los síntomas de la rinitis alérgica no son graves por sí mismos, pueden afectar la calidad de vida de la personas.
«Los pacientes pueden presentar problemas para dormir, y por ende, cansancio, cambios de humor, problemas de rendimiento escolar o laboral», afirma el especialista.
«También pueden tener dificultad para disfrutar de los alimentación y para llevar a cabo actividades físicas al aire libre o deportes».
Además, quienes padecen de rinitis alérgica tienen mayor predisposición a desarrollar asma, así como sinusitis. De aquí la importancia de acudir al médico en cuanto se manifiesten síntomas propios del padecimiento.
«Por el sitio anatómico de la afección, así como por el mecanismo de la enfermedad, el otorrinolaringólogo y el alergólogo son los especialistas que se encargan de la rinitis alérgica», manifiesta.
«Sin embargo, en caso de que la persona tenga problemas de asma, también conviene la revisión de un neumólogo».

BAJO CONTROL
La mayoría de los síntomas de la rinitis alérgica son tratables.
Cada tratamiento es individualizado, de aquí la importancia de la valoración médica para elegir la mejor opción.
«En el caso de la rinitis estacional es posible que la persona requiera tratamiento sólo durante algunos días o semanas al año», señala el otorrinolaringólogo Lino Antonio Guevara Maldonado.
«Algunas personas, especialmente los niños, pueden superar una alergia a medida que su sistema inmunitario se vuelve menos sensible al alergeno».
Sin embargo, una vez que se desarrolla la alergia es posible que continúe afectando a la persona por mucho tiempo.

¡Párale al estornudo!
Existen diversos tratamientos médicos, los cuales deben ser indicados por un especialista:
Lavados nasales con suero fisiológico (agua con sal):
– Ayudan a limpiar la nariz de las sustancias alergénicas.
– Resultan prácticos y económicos.
– Ofrecen presentaciones sin fármacos, sólo con suero.

Antihistamínicos como clorfenamina y loratadina:
– Reducen los estornudos, el goteo nasal y la comezón de las alergias.
– Pueden administrarse durante varios días hasta varios meses, según el caso.
– Suelen tener mayor utilidad cuando se toman antes de exponerse a los alérgenos.

Descongestivos como fenilefrina y oximetazolina:
– Alivian temporalmente la congestión nasal de las alergias.
– Ofrecen efectividad cuando se usan por poco tiempo (menos de 5 días). Después de este tiempo pueden provocar dependencia.

Aerosoles nasales esteroideos:
– Reducen la reacción de los tejidos nasales a los alérgenos inhalados.
– Alivian los síntomas de la nariz de manera importante.
– Mejoran eficazmente los problemas crónicos.
– Pueden utilizarse en niños y adultos.
– Ofrecen beneficios notorios luego de 2 semanas de haberlos empezado a usar.

Vacunas o inmunoterapia:
– Recomendadas cuando los síntomas son difíciles de controlar y la exposición al alergeno es inevitable.
– Incluyen inyecciones regulares del alergeno en cuestión.
– Cada dosis es ligeramente mayor a la anterior, hasta que alcance la dosis que ayude a controlar los síntomas.
– Requieren de meses a años de aplicación para notar una mejoría.

Síntomas de rinitis alérgica
– Ataques de estornudos
– Congestión nasal
– Goteo por delante o hacia atrás de la nariz
– Comezón de ojos, nariz, garganta y piel
– Presión en la nariz y en las mejillas
– Sensación de llenura y chasquidos en los oídos
– Ojeras
– Ojos llorosos, enrojecidos o hinchados
– Problemas con el olfato
– Dolor de garganta
– Tos irritativa con cambios de voz

Recomendaciones
Algunas medidas ayudan a disminuir la exposición a las sustancias alergénicas:
– Evita salir en los días ventosos y secos.
– Mantén ventanas y puertas cerradas.
– Usa filtros o aire acondicionado en el hogar y en el automóvil.
– Ten buena higiene en casa.
– Aspira regularmente los sitios de acumulación de polvo.
– Busca ayuda de un especialista en caso de que los síntomas persistan.
– Acude con el médico para descartar o confirmar un proceso alérgico.

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