Fidel Orantes
Agencia Reforma
Las integrantes del clan Kardashian – Jenner son, sin duda alguna, quienes mejor conocen y explotan el potencial de las redes sociales, donde reinan desde hace ya varios años y mantienen atentos a millones de seguidores al documentar prácticamente todo momento de sus vida.
Por eso, para muchos resultó extraño que tanto Kylie Jenner como Khloé Kardashian, quienes este año se convirtieron en madres, fueran tan reservadas con los detalles de su embarazo.
Kylie, de 20 años y quien tiene más seguidores en Instagram (109 millones), a la fecha no tiene una sola fotografía en su perfil que dé fe de que haya estado embarazada.
Su decisión ha sido interpretada de diversas maneras: desde que fue un acto para proteger su privacidad (algo un tanto incongruente con su estilo de vida), hasta motivos más banales, como que no quería que nadie viera su cuerpo deformado y diera pie a críticas y burlas como en su momento enfrentó Kim Kardashian.
Sin embargo, una explicación más factible es que, fiel a la tradición familiar, decidió capitalizar su gestación en sus propios términos.
«Son mujeres de negocios, que comenzaron a vender su vida desde hace mucho y que se dedican a monetizar su vida. Personalmente creo que no es ético, pero están acostumbradas a eso», considera la consultora en imagen pública Wendy Crespi.
El 4 de febrero, días después de dar a luz a la pequeña Stormi, Kylie publicó To Our Daughter, un documental sobre su embarazo que fue visto por más de 20 millones de personas en tan sólo 12 horas.
Si bien la joven empresaria aseguró que no recibió pago por ese material, su remuneración se dio en «me gusta» y en reproducciones, lo que demuestra que mucha gente estaba ansiosa por enterarse de lo que la influencer tenía que compartir.
«Aunque su forma de lucrar para muchos no esté bien vista, la realidad es que es coherente y funcional, lo han hecho con su día a día y el embarazo es parte de su vida», señala Monique Navarro, consultora de imagen y fundadora de MR Image Consulting
Eso fue lo que hizo Khloé, quien sí compartió imágenes de su gestación, pero la mayoría de ellas fue con fines comerciales: la promoción de su línea de ropa de maternidad para Good American, y de la segunda temporada de su programa Revenge Body, donde detalló sus respectivos cuidados y retoques.
Por eso, las especialistas opinan que apelar a la privacidad para disfrutar de esa etapa resulta incongruente con su actuar.
Eso sin contar con el mensaje entre líneas de que la exposición de un cuerpo «imperfecto» sólo vale la pena si hay una recompensa de por medio.
«Sus publicaciones bajaron considerablemente, reduciéndose a selfies para ocultar los cambios normales de sus cuerpos. Son incoherentes ante el hecho de mostrar las transformaciones porque prácticamente sus redes sociales son un reality show.
«La realidad es lo que más conecta, o debería conectar, con los fans y seguidores, pues se admira a alguien que es real. Aunque no nos guste a todos, sabemos que la perfección no existe», agrega Navarro.
Aunque tampoco se les puede culpar, admiten las expertas, sobre todo si se toma en cuenta que a Kim Kardashian estuvo expuesta a un duro escrutinio público en su primer embarazo, cuando hasta la compararon con una orca.
Quizá por eso ahora Khloe está empecinada en recuperar su figura pre-embarazo, razón por la que fue criticada hace unos días al mostrar sus exhaustivas rutinas de ejercicio.
«Lo que me molesta son los comentarios de un sector en Twitter que dice que me estoy enfocando mucho en mi cuerpo, pero la verdad es que antes me ejercitaba cinco o seis días a la semana porque es mi santuario y algo que amo hacer.
«El hecho de que haya tenido un bebé no significa que tenga que dejar de hacer lo que me gusta. Me encanta hacer ejercicio y tener la mente en orden», dijo Khloé en un video de Snapchat.
Lo cierto es que nadie como las Kardashian – Jenner para hacer negocio de prácticamente cualquier aspecto de su vida.
ASÍ LO DIJO
«Son las reinas del showbiz y esta etapa tan vulnerable (el embarazo) no iba a ser la excepción. Su imagen es un icónica para muchos y su objetivo es vender, y lo hacen muy bien».
Monique Navarro, consultora de imagen.