Analine Cedillo
Agencia Reforma
Los viajeros y foodies lo saben: un recorrido por los viñedos de Ensenada marida perfectamente con un tour de cervecerías artesanales en San Diego.
Estas ciudades fronterizas, ubicadas en México y Estados Unidos, respectivamente, se han complementado por años.
«La identidad de San Diego tiene que ver mucho con México, Tijuana, Valle, Ensenada, Rosarito», afirma Edna J. Gutiérrez, gerente de relaciones públicas de la Autoridad Turística de San Diego.
«Todo lo que está pasando en cuestiones de gastronomía, arte y cultura pasa a nosotros; incluso nuestro platillo en San Diego es el taco de pescado».
Y ahora, a partir de una alianza estratégica binacional entre San Diego y Ensenada -firmada el 6 de marzo-, ambos destinos trabajan para promocionarse como una región turística, explica la vocera.
Uno de los objetivos principales es motivar a los viajeros internacionales que llegan a San Diego a que crucen la frontera hacia Ensenada y la zona del Valle de Guadalupe, añade Gutiérrez. Y, de igual forma, animar a los mexicanos que exploran la región vinícola a que pasen unos días del otro lado.
Para los viajeros nacionales que quieran llegar a San Diego desde la Ciudad de México, Guadalajara o Monterrey, una de las alternativas que promueve la autoridad turística es volar a Tijuana y usar el puente fronterizo peatonal CBX, abierto las 24 horas, los siete días a la semana.